Los perros cuentan con algunos sentidos más desarrollados que los nuestros, como el oído. Esto los hace mucho más sensibles a algunos elementos que para nosotros son inapreciables. Un ejemplo muy habitual es la pirotecnia. Ruidos fuertes del que el perro desconoce su origen son una causa muy habitual de miedo. En general, los perros pueden asustarse ante situaciones de este tipo, es decir, en las que hacen su aparición elementos desconocidos que escapan a su control, como las tormentas, los coches o las bicicletas, pero, también, pueden temer a personas, niños u otros animales.
El miedo va a depender de la socialización de cada ejemplar y de sus experiencias anteriores. Las reacciones de un perro asustado y nervioso suelen incluir:
- Ladridos.
- Gemidos.
- Hipersalivación.
- Jadeos.
- Destrozos.
- Micción y defecación.
- Temblores.
- Etc.
También es habitual que el perro intente huir y buscar un lugar donde esconderse. Además, no atenderá a nuestras indicaciones. En algunos casos, pueden darse alteraciones físicas tan graves que desencadenen la muerte del animal. Por ejemplo, un perro que se asuste en la calle, es posible que consiga soltarse de la correa y eche a correr sin rumbo fijo y sin parar por mucho que lo llamemos, con el consiguiente peligro que esto supone. Si está en el interior del hogar, es bastante común que acabe escondido debajo de una cama, pero también puede intentar saltar por una ventana como vía de escape.
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